¿Por qué necesitamos sistemas de control de acceso? 

Las organizaciones tienen la responsabilidad de mantener la seguridad de sus empleados en el trabajo. Por todo ello, puede utilizar sistemas de control de accesos.

Sin embargo, el control de acceso no se limita a «mantener alejados a los malos». También puede utilizarse para garantizar la seguridad.

Imaginemos, por ejemplo, una planta en la que se manipulen o fabriquen productos químicos y se utilicen muchos equipos peligrosos. En este caso, tal vez queramos asegurarnos de que sólo puedan acceder a esa zona las personas que hayan recibido formación especializada sobre el equipo.

¿Por qué no utilizar otro método, como una llave?

Las llaves no restringen el acceso a un lugar en función de una hora o un día concretos. Si alguien tiene una llave, puede entrar en una zona cuando quiera. Las llaves también pueden resultar caras de gestionar.  A primera vista, las llaves parecen más baratas que un sistema de control de accesos, pero el tiempo y el esfuerzo necesarios para duplicar, entregar y devolver las llaves, y sustituir las cerraduras en caso de pérdida o robo, se acumulan rápidamente.

 Que necesita un sistema de control de acceso para funcionar:

• Quién: Un sistema de control de accesos necesita identificar a las personas. Para identificar a las personas se puede utilizar un identificador, como una tarjeta, un código PIN o una credencial biométrica, como una huella dactilar.
• Dónde: Un sistema de control de acceso también necesita saber adónde queremos ir para poder determinar si se nos debe permitir entrar en esa zona concreta. Para ello, la entrada se basa en el acceso a través de una puerta física o un grupo de puertas.
• Cuando: Una vez que nos hemos identificado y sabemos a dónde queremos ir, a un sistema de control de acceso también le interesa saber cuándo queremos acceder. Algunas organizaciones pueden imponer restricciones horarias para evitar que los empleados accedan al edificio fuera de las zonas principales de trabajo.